Al final de la VRM, junto a las casas del Portazgo en el Puerto de la Cadena, se encuentra el lugar en el que una cadena impedía el paso a rebaños, comerciantes y viajeros hasta que pagaban el impuesto ("portazgo"), cadena que, al parecer, fue "retirada" por uno de los vecinos. Similarmente, la roca en la que se anclaba la cadena, y que conserva sus marcas, también ha sido "trasladada" a una finca particular con fines ornamentales, si bien pudimos observarla desde la propia vereda. Durante parte del recorrido pudimos comprobar la descarada apropiación de terrenos por propietarios colindantes, que han edificado o cercado parte de la vereda, o la explotan en régimen de agricultura intensiva, impidiendo a los pocos rebaños que esporádicamente utilizan algunos tramos, como el conocido como cañada de Belén, un adecuado uso de la misma al verse afectados por el uso de tóxicos como herbicidas o plaguicidas. La administración no sólo no ha evitado las ilegalidades anteriores sino que está siendo también un factor de destrucción de la VRM, cortando su trazado sin acondicionar un paso elevado o subterráneo en las autovías A7 y RM15, apropiándose de un amplio tramo por parte de la Brigada Paracaidista (Cuartel de Santa Bárbara) o permitiendo que se convierta, en las cercanías de Alcantarilla, en escombrera y basurero. A pesar de todo, pudimos disfrutar de una excelente mañana de pedaleo por lo que queda de la VRM en la que era la última etapa de los ganaderos trashumantes por esta vía pecuaria, rematada con la observación de un espectacular bando de alcaravanes (Burhinus oedicnemus), como colofón de una biodiversidad que se resiste, a pesar de todo.
Desde Murciaenbici queremos llamar la atención a las administraciones responsables del mantenimiento de las vías pecuarias de nuestra Región para que tomen ejemplo de otras comunidades autónomas. Aunque el uso el uso ganadero de las vías pecuarias está en franca regresión, éstas tienen un valor patrimonial, medioambiental, y paisajístico amparado por la ley. Por ello, reclamamos el deslinde de las vías pecuarias para evitar que continúe su expolio y que se asegure su conservación