Tras las denuncias de la Plataforma Salvemos Esparteros y de la Plataforma Ibérica por los Caminos Públicos - PICP  de las peligrosas concertinas que la empresa Sidemosa había instalado en los caminos de acceso a la cima de la Sierra de Esparteros, en Morón de la Frontera y después de una investigación del Seprona, la empresa ha sustituido estas peligrosas concertinas con cuchillas por vallas de alambre.

Por fin buenas noticias Sidemosa sustituye las concertinas con cuchillas por vallas de alambre

"En la Sierra de los Esparteros cerca de Morón de la Frontera (Sevilla) se habían encontrado con la instalación de concertinas por la parte exterior de una alambrada que rodea La Cantera de la empresa SIDEMOSA, las concertinas están a nivel del suelo lo cual es extremadamente peligroso tanto para personas como para animales"

La PICP (Plataforma Ibérica por los Caminos Públicos) interpuso una DENUNCIA ante la Delegación Territorial de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territoriode Sevilla por Infracción Grave con base en los siguientes HECHOS:
Que se están instalando unas peligrosas concertinas alrededor de la valla que delimita la cantera de la empresa SIDEMOSA con el perfil de la Sierra de Esparteros, en término municipal de Morón de la Frontera.
Estas concertinas, además de incumplir la normativa de alambradas ganaderas y cinegéticas son extremadamente peligrosas tanto para personas que realizan senderismo por la zona como para los animales que allí habitan.

La Plataforma Ciudadana Sierra de Morón, SALVEMOS ESPARTEROS, lleva años denunciando el intento de apropiación de este paraje tan querido por el pueblo. Por medio de vallados, corte de caminos, e incluso amenazas y hostigamiento, tratan de impedir el acceso a la Sierra y el disfrute de este espacio que siempre ha estado abierto a los moronenses.

 Exigen que cese la apropiación, pero también la destrucción y el expolio de nuestro patrimonio natural y paisajístico. Exigimos que la Sierra de Esparteros sea un espacio abierto al disfrute de los moronenses y de quienes nos visitan, sin concertinas, sin caza ilegal de cabras montesas y sin explosiones.

El único arma que queda a los ciudadanos ante estas ilegalidades es: denunciar, denunciar y denunciar